sábado, 30 de septiembre de 2006

papillons


Una foto de mí, quien sabe en días primaverales. Pensé durante mucho tiempo que esto jamás volvería a ocurrir, pero hoy mientras escuchaba aquella cancioncilla que me envió cierta personita, me empecé a sentir extraña. Sabía que algo venía. Rápido venía y no podía distinguir qué era...y se acercaba y se alejaba y cómo que venía y se iba y finalmente regresaron majestuosas las mariposas.¡Síiiiiiiii! eran ellas, las mismas maripositas de antaño, de séptimo básico, de octavo y hasta primero medio. Pero hoy regresaron con más fuerza, quizás para compensar su ausencia durante varios años que hoy casi me avergüenzan. Regresaron las mariposas y bastante me cuesta creerlo. Llegué a creer por un momento que todo lo que en mi panza ocurría no era más que un problema estomacal. Pero no, pues terminó la canción y las mariposillas rosa se diluyeron...volaron no sé a dónde. Y me quedé aquí, sentada esperando alguna señal...otra señal porque sin duda esto es una señal no sé de qué. Por ahora espero impaciente aunque resignada a que no sea nada, que algo me sorprenda. Prefiero esperar nada; quizás así me sorprenda más fácil(creo que esto lo escribí antes). Sólo espero una cosa; días de primavera y mariposas por montones. Mariposas en días primaverales.
*La cancioncita responsable de las mariposas es Moizefala, gentileza de Andresito.

martes, 19 de septiembre de 2006

Empanadas.(Qué feo suena)(dibujito hermoso gentileza de www.hermanaojo.cl)



He sido vencida por la tentación. Esta noche he llegado a comparar a los hombres con la comida, sobre todo dieciochera. No sé qué ocurre en mí pero nunca creí, hasta hoy, que la ansiedad fuese tan perra como para doblegarme de esta forma...y llegar a comer la tercera empanada de este día pasada la media noche. Entonces mientras luchaba conmigo misma(o con ella, la empanada)...la tomaba-la dejaba-la tomaba-la dejaba...finalmente la tomaba, pensaba que en realidad la comida tiene sus encantos pero, ¿cuál será su mecanismo de seducción? Porque una empanada de sexy no tiene nada...sobre todo la que comí hace un rato: blanquita, rellenita y un tanto desarmada. Pero rica al fin. Rica, deliciosa, exquisita.
¿Y los hombres? Bueno, no sé mucho de ellos, pero varios ya se han reconocido "hijos de perra", lo que considero, es un gran paso, pero a la vez un paso en falso...un gran paso porque así se tornan más apetitosos...como la empanada que me sedujo hace un rato sin motivos aparentes, y en falso porque bueno...no somos tan estúpidas como para no darnos cuenta de ciertos actos que los transforman en hombres viles(para no repetir "hijos de perra").
Ya perdí el hilo. Y el tema me aburre. Sólo pienso en que no pierdo las esperanzas. Esperanzas de dejar de sentirme seducida a las doce am por una empanada informe y pálida porque...no quiero volverme una empanada: "informe y pálida". Me gustan los hombres, hijos de perra, eso los hace más atractivos...pero a ellos una mujer con forma y color de empanada, creo que no les llama la atención.

sábado, 9 de septiembre de 2006

es una tristeza tan linda.


Es una tristeza tan linda, tan linda y tan triste cuando los putos reaparecen como si nada, como si fuera de todos los días re-aparecer y re-cagarte. Llegan los recuerdos vestidos de música, disfrazados de esa canción, maquillados con ese aroma, ese olor a Le Sancy líquido, Tresor o Agua y te hacen temblar, mordisquear las uñas aunque sea tu costumbre jamás hacerlo. Te quedas inmóvil a las 4 am y no quieres dormir por miedo a soñar de nuevo. A tener pesadillas. Lindas pesadillas. Por la mañana te sientes como la mierda y te ves genial dice Leo Q. Nadie lo sospecha porque finalmente te autoconvences que estás genial y el sol te golpea violento y dan ganas de sacarse la ropa y caminar. En realidad sólo dan ganas de caminar por la diagonal o janequeo, como antaño. Más de alguna vez compré una nalca por ahí. Qué lindo es caminar al unísono con el sol. Y cantar don´t get me wrong o querer cantar porque en realidad no te atreves. Quieres cantar y que alguien se sienta aludido. Pero nada de esto sucede: no cantas y nadie se siente aludido porque nadie te ha tomado a mal.
Me pregunto a diario cómo será tener un hijo. Pero cada día es un hijo diferente. Varía la edad. Otras veces el color del cabello. También el sexo. Hoy era niña, de cabello en extremo liso y castaño. ¡Era linda! Era como una muñequita. Tenía alrededor de cinco años. Lo que no imagino es al padre.