miércoles, 18 de mayo de 2011

guess i´m doing fine

a veces, pocas veces se me ocurren ideas del tipo grandes pensadores, en la micro, siempre en la hostilidad de la situación micro. cuando se lleva cara de micro. una vez un hombre me dijo "me quedé con tu cara de micro, me vine toda la micro con tu cara de micro" y con eso debía conformarme unos cuántos días. ahora releo la palabra "cuántos" y me perturba la confusión repentina de no saber si lleva o no tilde, yo, dudando, yolareinadelaortografía. de algo que sea reina, todas íbamos a ser reinas dice la mistral, pero mi papá también lo dice, todos los almuerzos, todos los sábados o los domingos. sólo que claramente, no emplea la primera persona, sino la tercera plural. pero no lo dice siempre de la misma forma. a veces en vez de reinas dice "princesas"y ahí desenrrolla su monólogo de findesemana. yo lo escucho atenta y mi madre también. nunca sé bien qué decir. a veces aporto, otras sólo asiento. pero nunca sé bien qué decir ni qué caras poner, como cuando te cantan cumpleaños feliz, aunque eso lo he ido superando con los años. en veinticinco años ya has aprendido que debes cantarte en tu propio cumpleaños e intentar parecer relajada, tranquila y confiada. porque tampoco me emociono ni me saltan tan fácil las lágrimas. entonces sólo queda cantarse a sí misma el cumpleaños infeliz. porque la imagen es todo, las arrugas sí importan, la salud pasa también por la piel y como dijo winona rider en bocados de realidad, siempre pensé que iba a ser alguien para cuando tuviera 25. sólo he sido reina de ortografía y aprendí sin ayuda a definir ironía.

jueves, 21 de abril de 2011

de cuando

se te quita el hambre, pero peor aún, de cuando se te quita el sueño y luego te da hambre. nadie podría imaginar que luego de un par de cervezas bien conversadas y reídas, algo lloradas, el insomnio acecha. y llega definitivo a las 6:30. un jueves santo. la peor hora. pues se corre el riesgo. el riesgo de dormirse a una hora imprudente y pasar de largo. o el riesgo nunca bienvenido de pasar de largo el día fingiendo vitalidad. entonces recuerdo los sueños absurdos (creo que esto los caracteriza, entonces me vuelvo reiterativa) y prefiero continuar despierta. leer no leer de zambra, el jovencito de moda que por estos días se gasta su buen fan club. no es que esté en contra de los fan club, podría en este momento de mi vida liderar la presidencia de un fan club inexistente de un músico, cantante o artista chileno, como suene menos mal. pero por fortuna no existe tal fan club y no siento el deber moral -o inmoral- de liderar nada. me molestan los aires intelectuales que rondan TAL fan club.
ah, entonces recuerdo algunas o pocas palabras de este joven de moda. si decides lanzarte y escribir, peor aun, publicar, es porque presupones (muy mal o muy bien) que tienes algo interesantísmo que decir y a alguien le podría interesar tu(s) escrito(s). entonces se asume un acto de vanidad extrema. pero a esta hora en este lugar es casi impensado que alguien pudiera leer-me. sólo el impulso y el insomnio. aunque no se pierde la esperanza de que surja algún lector algo perdido e interesado, a las 8:13 am de un jueves santo. como dice este artista de quien debería liderar el fan club que no existe, me perdí en días santos, ¿quién me podrá sostener de tanto en tanto?

viernes, 11 de marzo de 2011

i wanna be adored

entrando por maipú lo vi: un conce bipolar más iluminado que hace 14 meses atrás. aunque siempre bipolar. pero iluminado. sitios eriazos donde antes habían edificios con varias décadas encima. calles cortadas, edificios demolidos. desvíos de micros, gente desconcertada. desconcertada y desconfiada. desconfiada, desconcertada y arisca, diría cortázar. por eso preferimos caminar a la plaza con nombre de país. allá todo funciona mejor, quiero creer que puedes andar más tranquila, que no te arrebatarán la cartera. nos sentamos y pedimos michelada, michelada en un día de casi lluvia, precedido por un caluroso día soleado. conce, como se dice, (me cargan las frases hechas pero bastante que sirven), nos da y nos quita. aunque últimamente más nos quita. mientras que los edificios caídos dieron paso al sol, otros se elevan hasta taparlo. y la vitamina d se niega a aparecer, entonces nos paramos y nos vamos, las micheladas preparadas cada vez con menos amor nos enguatan y aparecemos en el mall, a ver si la vida nos trata mejor. vitrineamos un poco, en busca del amor. ¡DEL AMOR! conce y el mall sólo nos quita, nada nos da. no hallamos el amor en una prenda, tampoco en el género masculino. o él no nos ha encontrado a nosotras. solteronas de veinticinco. sin trabajo ni ganas de tenerlo. vamos por dos capuchinos por milcuatrocientos, ¡démosle nuestra mesada a punto de jubilar a los gringos del mccafé!
frente a frente, esperanzadas nada, resignadas un poco revolvemos nuestro coffee sin cigarettes, nos miramos y nos echamos a la boca nuestras galletitas de amor.