en algunas calles de hualpén
hay ropa tendía
en algunas calles de hualpén
hay teles prendías
en algunas calles de hualpén
hay mucho polvo
también hay
colchones rotos olvidados
en algunas calles de hualpén
en algunos colchones rotos de hualpén
hay recuerdos rotos.
algunos colchones de hualpén soportan
polvos tristes
otros resignados.
en algunas calles de hualpén
hay perros flojos
hay gaviotas muertas
en algunas calles de hualpén
en hualpén nadie sabe bien
por qué mueren las gaviotas
ni por qué hay colchones rotos olvidados
polvos tristes
resignados
viernes, 15 de febrero de 2013
viernes, 25 de enero de 2013
las gaviotas se cansaron de limpiar
las gaviotas choreras
se cambiaron de casa:
ahora son hualpeninas.
cada mañana y
por las noches
vuelan conversan
y se ríen, sobretodo se ríen.
las gaviotas hablan de los huesos que saborearán
mañana.
es la una a.m. y las oigo
parlotear.
las gaviotas, me enteré
se vinieron a vivir a mi techo;
hoy se oían huesos -su almuerzo- rodar
y patas feas y flacas
caminar.
las gaviotas choreras
que ahora son hualpeninas
se cansaron de limpiar
la sucia y terremoteada ciudad.
pero al menos, la mayoría se salvó
de morir ahogadas en el mar furioso
oscuro violento.
todavía las gaviotas, ya hualpeninas, comentan,
mientras degustan un hueso
lo ocurrido el 27F;
dicen que intentaron volar lo más alto,
el cielo las acogió pero
comentan también
que no vieron en las alturas del cielo
a dios -que es amor- por ningún lugar
'dios tiene su oficina en santiago', dice una, la más vieja, la más sabia,
y agrega que 'no atiende por fonasa'.
las gaviotas se cansaron
se cansaron de esperar.
se cambiaron de casa:
ahora son hualpeninas.
cada mañana y
por las noches
vuelan conversan
y se ríen, sobretodo se ríen.
las gaviotas hablan de los huesos que saborearán
mañana.
es la una a.m. y las oigo
parlotear.
las gaviotas, me enteré
se vinieron a vivir a mi techo;
hoy se oían huesos -su almuerzo- rodar
y patas feas y flacas
caminar.
las gaviotas choreras
que ahora son hualpeninas
se cansaron de limpiar
la sucia y terremoteada ciudad.
pero al menos, la mayoría se salvó
de morir ahogadas en el mar furioso
oscuro violento.
todavía las gaviotas, ya hualpeninas, comentan,
mientras degustan un hueso
lo ocurrido el 27F;
dicen que intentaron volar lo más alto,
el cielo las acogió pero
comentan también
que no vieron en las alturas del cielo
a dios -que es amor- por ningún lugar
'dios tiene su oficina en santiago', dice una, la más vieja, la más sabia,
y agrega que 'no atiende por fonasa'.
las gaviotas se cansaron
se cansaron de esperar.
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