las gaviotas choreras
se cambiaron de casa:
ahora son hualpeninas.
cada mañana y
por las noches
vuelan conversan
y se ríen, sobretodo se ríen.
las gaviotas hablan de los huesos que saborearán
mañana.
es la una a.m. y las oigo
parlotear.
las gaviotas, me enteré
se vinieron a vivir a mi techo;
hoy se oían huesos -su almuerzo- rodar
y patas feas y flacas
caminar.
las gaviotas choreras
que ahora son hualpeninas
se cansaron de limpiar
la sucia y terremoteada ciudad.
pero al menos, la mayoría se salvó
de morir ahogadas en el mar furioso
oscuro violento.
todavía las gaviotas, ya hualpeninas, comentan,
mientras degustan un hueso
lo ocurrido el 27F;
dicen que intentaron volar lo más alto,
el cielo las acogió pero
comentan también
que no vieron en las alturas del cielo
a dios -que es amor- por ningún lugar
'dios tiene su oficina en santiago', dice una, la más vieja, la más sabia,
y agrega que 'no atiende por fonasa'.
las gaviotas se cansaron
se cansaron de esperar.
viernes, 25 de enero de 2013
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